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Estoy absolutamente enamorada de cómo quedó esta mecedora.
Era de los bisabuelos de mi marido.
En algún momento se rompió la rejilla, y alguien la sustituyó por una chapa finita.
Mi suegra (que tiene unas manos maravillosas) la trató para la carcoma, y limpió la madera, y después terminó en casa.

Con el tiempo, el asiento que traía se terminó rompiendo, y fue el momento de darle un aire totalmente diferente.

Este fue el resultado:


