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¡Las habían tirado a la basura! Álvaro se las encontró (son dos mecedoras, aunque por ahora sólo he arreglado una), y me propuso que las arreglara. Así llegó a mi casa:

Sólo necesitaba un poco de cariño…





Ahora tendrán una segunda oportunidad.

Gracias Álvaro e Inma, por confiar en mí.