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Para reducir el uso de plástico, comenzamos como todo el mundo, con las bolsas. Ya habíamos reducido su uso, pero no le habíamos puesto mucho empeño.
Ahora siempre llevamos alguna bolsa por si surge alguna compra imprevista. Estamos pendientes del momento en que van a coger una bolsa para poner tus compras, y decir, “No, no, gracias, pero no me des bolsa”. Hay bolsas reutilizables para todos los gustos, y seguro que tú ya tienes alguna. Sólo tienes que empezar a utilizarla.

También bajamos a comprar el pan con nuestra panera de tela, que me hizo hace mucho tiempo una de mis hermanas (mi hermana la apañada, que me ayuda mucho con estas cosas), pero que no utilizábamos. Cualquier bolsa de tela vale para esto, no hace falta que sea una panera. Simplemente, se deja sólo para ese uso.

No nos engañemos. A día de hoy, en casa sigue habiendo bolsas de plástico. Aunque ya no llega ninguna bolsa de una tienda, familiares y amigos te dan cosas en bolsas de plástico continuamente. Una amiga me decía hace tiempo que es imposible deshacerse de ellas. Que parece que se reproducen. Pero al menos, las que entran en casa son bolsas reutilizadas, que volvemos a reutilizar.
Otra cosa fácil de hacer es dejar de usar botellas de agua desechables. Las botellas reutilizables son más caras, ya lo sé, pero ¿Cuánto gastamos en botellas de agua desechables en un mes? Si hacemos la cuenta, está claro que merece la pena tener una reutilizable. ¡Y encima son mucho más bonitas! Las de mi casa son de El Jarrillo Lata.

Con estos pequeños cambios, ya se notó la diferencia en los residuos. Y todavía no habíamos comenzado de verdad…